Lorena Reascos, Lilibeth Gómez, Piedad Martínez e Inés Quiñónez son cuatro de las entusiastas integrantes de este negocio que combina la dulzura del chocolate y la amistad que tienen desde hace una década.
“Somos una familia, buscamos salir adelante juntas, y esta es una oportunidad para superarnos y cumplir nuestras metas”, comenta Lilibeth, quien usa mandil, mascarilla y gorro blanco, al igual que sus compañeras, para mantener limpia la línea de producción.
Los principales productos son las barras de chocolates negro y blanco, que hacen a “baño María”.
Cuando se obtiene una mezcla homogénea, el contenido pasa a manos de Piedad e Inés, quienes lo colocan en moldes de distintos tamaños y formas. Los productos han llegado hasta los bares de las universidades y tiendas de Guayaquil.