En marzo del 2011, Henson medía 1,60 metros y pesaba 150,5 kilogramos.
En aquella época, confiesa Henson, realizaba dietas para que sus familiares no la atormentaran con su peso, sin embargo, ninguna funcionó. “Para mí, la ‘dieta’ es una palabra de cinco letras que significa fracaso”, dijo.
Henson asegura que su vida cambió cuando un gimnasio abrió sus puertas muy cerca de su casa, por lo que comenzó a ejercitarse todos los días. “Tengo el deseo de ejercitarme. Mantengo una determinación para ejercitarme. Creé una disciplina para ejercitarme, y escojo ejercitarme”, se repetía cada día para seguir adelante.
La mujer agrega que , junto al ejercicio, empezó a eliminar alimentos dañinos, por lo que 3 años después ya había pedido la mitad de su peso corporal.
Dos meses antes de que su mamá muriera, Henson recuerda entrar a la casa después de ejercitarse. “Eres bonita”, le dijo su madre.
“Ambas comenzamos a llorar (...) No tengo idea de por qué lo dijo; fue un momento memorable”, pero eso la motivó para seguir adelante, dijo.