Fausto Castillo, chofer de un taxi, cuenta que le han ocurrido casos de fletes que cuestan, por ejemplo, un dólar con 37 centavos. “Si me pagan 1,25 me perjudico y no le voy a cobrar tampoco 1,50. Por eso hay que andar preparado”, comentó mientras enseñaba junto a la palanca de cambios una gran cantidad de monedas.

Joel Menéndez las guarda en unas pequeñas fundas. Es taxista desde hace 29 años y pertenece a la cooperativa José Mendoza.

“Antes las guardaba para hacer compras cuando mis clientes me hacían encargos a domicilio en farmacias o en tiendas. Ahora las guardo para mi vuelto”, cuenta Joel mientras muestra las varias fundas que tiene de “reserva” dentro de su vehículo.

Ángel Zamora, en cambio, pide la ayuda de su familia para recolectarlas. Sabe que el taxímetro “no redondea”.

Eduardo Zambrano, usuario frecuente de taxis, comentó que no se complica. “Yo por unas pocas monedas no peleo, siempre pago un poco más: si sale 1,42 el doy 1,50”, dijo.

 

QUEJAS. Ciudadanos como Lucía Intriago afirman que hay taxistas que se niegan a usar el taxímetro.

Ella iba desde cerca de la Universidad Técnica de Manabí hasta la tercera etapa de Los Tamarindos, pero el taxista se negó a usar el equipo argumentando que él cobraba dos dólares por ese trayecto. “Si le pongo taxímetro yo pierdo. Si no quiere bájese”, dijo el conductor. Ella indignada se bajó y buscó otra unidad.