El olor es “insoportable” para María Quijije, moradora. Ella contó que desde la semana pasada el cauce tenía aguas negras, pero que a partir del miércoles pasado la presencia del líquido en el río fue mayor.
Aladio Cantos cree que este problema se presenta por la “gran cantidad” de instalaciones domiciliarias clandestinas que echan las aguas sucias en el cauce.
“No se puede comer ni vivir con esta pestilencia. Pedimos al municipio que envíe un equipo de trabajo para que traten de evacuar este problema”, señala Cantos.