La época, que se distingue por el fervor religioso y los concordantes actos destinados a resaltar la fe cristiana, turísticamente es manejada por los operadores de esta industria desplegando una serie de opciones a disposición de los viajeros. 

Y es oportuno para que en nuestra provincia, además de las rutas y lugares contemplados en la lista de atractivos manabitas, se incluyan las iglesias existentes en varios cantones, cuyas estructura y presentación datan de siglos pasados, con componentes como altares, diseños y pinturas que podrían atraer la curiosidad del turista.

El arte culinario entraría también en la palestra de los atractivos con la inclusión de alimentos como son la torta y el tambor de yuca en hoja de plátano, la misma torta de choclo, de maní, los bollos, el greñoso, el viche, la natilla con queso y tantos otros que se pueden consumir sin alterar la costumbre de no ingerir carne. 

Claro, son ideas que apuntan únicamente a ser  más incluyentes de aquellos recursos propios que no aparecen comúnmente.