Una de ellas fue Mariana Vera, una jipijapense de 85 años. Ella recordó que desde que estaba pequeña le inculcaron ir todos los domingos a misa e incluso asistir a las festividades de la Iglesia, tal como la de ayer en la Misa Crismal.

Durante esta celebración católica, los presbíteros confirmaron sus votos sacerdotales. Fue el caso de Mario del Rosario, vicario parroquial de la iglesia San Cayetano de Chone, quien vivió su primera Misa Crismal. “Esta celebración es una forma de recordar quiénes somos y de dónde venimos. Jesús nos instituyó para ser servidores de hombres. Es mi primera Misa Crismal de tantas que vendrán”, comentó.

Además de Mario, las voces de 110 sacerdotes diciendo “sí quiero” retumbaron en la iglesia al confirmar su obediencia a la Iglesia.

 

ÓLEOS. Otro de los momentos destacados de la misa fue la bendición de los óleos y el Crisma. El recipiente con el óleo para los enfermos fue el primero en ser bendecido. “Este óleo aliviará el cuerpo, alma y espíritu de aquel enfermo”, expresó el arzobispo Lorenzo Voltolini.

El siguiente óleo en ser bendecido fue el de los catecúmenos, que está destinado a los que reciben el bautismo.

El tercero fue el Santo Crisma. Para la bendición ritual, los sacerdotes levantaron su mano derecha, junto con el arzobispo.

Mariana Vera, al culminar la celebración eucarística, se sentía más viva que nunca. “Dios está en mí y yo en él”, dijo sonriente.