Actualmente el gobierno central, quizás conociendo esta verdad y/o viendo tantas realidades está empleando mucho talento y dinero en hacer de nuestra patria un destino turístico masivo y rentable, lo que debería ser asimilado por las autoridades seccionales respectivas -más aún si fueron reelegidas- no se diga en nuestro Manabí, que es un envidiable balcón al océano Pacífico con todo lo imaginable que esto ofrece y es poseedor de incontables atractivos tierra adentro. Menciono la famosa gastronomía manabita; el microclima, paisaje, sombreros e historia de Montecristi, ciudad ya mismo hasta con canchas de golf; el inexplotado poder turístico marinero de esa “pincelada de Dios”, que es como denominó el genial pintor chileno Carlos Tapia Sepúlveda (Catasse) a la punta de Jaramijó; el “otro mundo” que son Pacoche y El Aromo, aledaños a Manta, que ahora cuentan con un proyecto de refinería. En fin, es interminable lo que Manabí y este pequeño Ecuador nuestro ofrecen a los turistas del tipo y nivel socioeconómico que fueren. Tenemos para todo gusto y sabor, y todo a bajos costos por las cercanías de un atractivo a otro; ahí nos favorece ser pequeños, a lo que se agrega la fortuna del país, contar con vecinas 4 regiones geográficas tan diferentes entre sí, en todo.

Por ello, es imprescindible el aporte de todo orden y de todos, comenzando por las autoridades provinciales, que debe tener la mundial campaña reciente “All you need is Ecuador”, planificada por el inamovible Vinicio Alvarado, uno de los más talentosos hombre de este gobierno (a él se le deberían desde el color verde flex hasta el posicionamiento de Correa y Alianza PAIS en el colectivo mental) en su paso por el Ministerio de Turismo; ahora es otra vez Secretario de la Administración; campaña digna de todo encomio que sin temor a equivocarnos dará los frutos perseguidos, convertirnos en una potencia turística reemplazando paulatinamente nuestra dependencia del denominado por algunos “excremento del demonio”, el petróleo.