Desde esta premisa, cabe destacar el resultado de las estadísticas de los accidentes del trabajo ocurridos en el Ecuador, durante el periodo 2008 y 2010 fueron notificados  21.600 trabajadores accidentados, quienes recibieron el beneficio de salud que les otorga el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social.

 Sin embargo, los accidentes del trabajo no son reportados en su totalidad por los empleadores.

En Ecuador existen claros indicios de subregistros de siniestralidad. A pesar que el IESS garantiza desde el primer día de afiliación la cobertura en caso de accidente del trabajo y enfermedades con ocasión o causa del trabajo.

Aristóteles dijo en su oportunidad:

 “No basta concentrarse con decir que la virtud es hábito o modo de ser, sino que hay que decir, asimismo, en forma específica, cuál es esta manera de ser”.

El advenimiento de la tecnología supuso un avance incontenible de los beneficios humanistas, que podían consolidar la movilidad social a mediados del siglo XX. 

Sin embargo, la velocidad con la que esa misma tecnología trasformó las estructuras sociales, políticas y económicas, no ha permitido que la naturaleza del hombre se modificara a la misma velocidad.

Y con parámetros en los que el bien común primara por sobre la codicia y las injusticias.

Siglo XXI: Nada ha cambiado, los accidentes del trabajo ocurren a diario en el mundo.

Sus registros están sustentados en el P155 relativo al convenio sobre seguridad y salud de los trabajadores en el artículo 3 del párrafo “Sistema de Registro y Notificación” de la Organización Internacional del Trabajo.

Su aplicación desde el punto de vista ético dependerá de una moral autónoma del ser humano.