Y siempre se formulan los juicios dejando la impresión de que se trata de malos manejos que se mantienen ocultos. Esta mañana escuchaba ese análisis de Solca y me preguntaba cuánto sabrán sobre esa institución…

Solca surgió en el país como una organización privada que recibía alguna ayuda del rendimiento del aporte del 1% sobre el precio del barril de petróleo. Sólo habían unidades de atención en Quito y en Guayaquil. Hubo que luchar para conseguir que haya Solca en Manabí. Pilares fundamentales en esa lucha fueron el Dr. Julio Villacreses Cólmont y don Pedro Zambrano Izaguirre, quienes conformaron el Comité de Amigos de Solca, que se anticipó y otorgó becas para que varios médicos fueran a especializarse en Argentina y otros países.

Con el apoyo de los legisladores manabitas se consiguió determinar una parte del rendimiento de ese impuesto específicamente para Manabí. Posteriormente, el Ministerio de Salud tomó la responsabilidad de respaldar en forma sistemática y permanente las finanzas de Solca.

Lo cierto es que ahora tenemos un hospital de Solca, en donde se reciben pacientes que requieren hospitalización y se otorga la mejor atención, sin distingos entre los pacientes privados, que pagan por el servicio que reciben, y los pacientes que son atendidos gratuitamente.

Quienes no conocen la historia deberían abstenerse de lucubraciones, porque las unidades de salud cumplen una función humanitaria y merecen apoyo y respeto.

Personalmente, y gracias a Dios, no tengo parientes aquejados de cáncer y, por lo tanto, no he utilizado los servicios de Solca; pero hay quienes sí reciben esos servicios y los tienen merecidos, porque quienes intervinimos en el proceso para la creación de la unidad de Solca en Manabí no lo hicimos para nuestro beneficio, sino para facilitar a toda la población la atención especializada que se encuentra en esa institución.

Bien por la existencia de Solca, por la ubicación de su hospital y sus dispensarios en Manabí. Bien por todos los médicos que se han especializado para continuar la lucha contra la terrible enfermedad que apenas permite aliviar ciertos síntomas, pero que no se deja vencer para devolver la salud que necesita cada paciente. Solca realiza un enorme y excelente trabajo en todos los lugares en donde ha ubicado sus unidades de atención. Es cierto que determinados servicios tienen que ser pagados, como los costosos exámenes por su especialización en equipos y reactivos; pero mucho más costoso sería el tratamiento su hubiera que sumar el costo de tratarse en Guayaquil o Quito.