Pero también estos períodos de descanso son propicios al análisis y la meditación sobre todos los temas que nos preocupan, como aquello de la reelección indefinida que se presta a las maniobras mañosas de los dirigentes políticos para utilizar el poder para engatusar al pueblo elector, configurando inclusive la posibilidad de gobiernos de duración indefinida, casi dictaduras.

Como dispone la norma constitucional actual “La Presidenta o Presidente de la República permanecerá cuatro años en sus funciones y podrá ser reelecto por una sola vez” me parece suficiente, porque se ha eliminado la frase “después de un período” que constaba en constituciones anteriores. Un mandatario que haya realizado una labor encomiable y que merezca que el pueblo le permita continuar en esa posición de servicio, se encuentra autorizado a proponer su reelección, como lo hizo el Presidente Correa y logró una aprobación con suficiente mayoría en la consulta realizada.

Se consumió entonces la “sola vez” de reelección del Presidente Correa y sus partidarios quieren que continúe en el poder, lo que requiere una segunda reelección que ya no tiene sustento constitucional. Por eso se ha planteado la posibilidad de reformar la Constitución, reemplazando la frase “por una sola vez”, por la palabra “indefinidamente”, y aún con su sola eliminación.

Si se tratara solamente del presidente actual, me inclinaría por esa reforma; pero la Constitución no es tela que se pueda coser y descoser varias veces. La disposición quedará para quien le suceda en la función, que puede ser de los “malos” que sin beneficio para el país, pretenderían eternizarse en el poder.

Cierto que tal vez le conviene al país un nuevo período de Rafael Correa, pero el riesgo es mayúsculo, salvo que sus inteligentes asesores encuentren la reforma apropiada para eliminarlo. Se me ocurre que una instancia de consulta parecida al Consejo de Estado, integrada por los ex -presidentes de la República, sería muy útil y hasta podría generalizarse a los alcaldes y prefectos.

En fin, hay mucha tela que cortar y los políticos seguro que aprovecharon estos días de carnaval para darle forma a ideas nuevas y creativas en torno a la reelección que no despierta pasiones, al menos hasta ahora y debe ser porque seguramente, las ambiciones se encuentran detenidas por la distancia del tiempo de renovación de las funciones de elección popular de las individualidades. Seguramente es también un freno, el resultado negativo que obtuvieron los funcionarios que propusieron su reelección, positivo sólo en el caso del Prefecto Mariano Zambrano.