“Los votos no se endosan”, “el liderazgo del presidente no está en entredicho”, “un duro golpe al movimiento de gobierno”, “resurgimiento de la derecha”, “sectarismo político”.

Lo cierto es que en este análisis de los hechos estamos olvidando que el pueblo, conoce de carne y hueso a sus candidatos, tiene la radiografía de ellos, y en esta contienda electoral la plancha no funcionó y no sirvió el espaldarazo de sus líderes.

En lugares donde todos nos conocemos y se viven de forma diaria los resultados de las malas administraciones, se vota por la persona, no por el partido. 

Es en los gobiernos locales donde se afianzan o decaen los liderazgos, por eso hay que cuidar mucho estos espacios locales.

En estas elecciones sobresale un pueblo que supo comparar la oferta electoral, muchos de ellos aspirando una reelección, otros optando por una nueva oportunidad.

Y  muy contados, iniciándose en esta dura empresa de las administraciones públicas locales. 

Existió también un voto de desaprobación por ciertas actitudes sectarias de dirigentes de Alianza PAIS.

Pero también ha estado por medio el rechazo a quienes no han hecho nada por sus ciudades.

Y esta es la investigación que deberá hacerse al interior del movimiento 35, que tenían la mayoría de las alcaldías en Manabí.

Se puede además vislumbrar una confirmación de liderazgos personales, como el de Mariano Zambrano, que va por su tercera reelección en la prefectura, y el surgimiento de nuevos líderes, que supieron escoger a los candidatos, como el caso a nivel nacional de Mauricio Rodas de SUMA, con posibles 6 alcaldías en Manabí .

Y a nivel provincial de Gozoso Andrade, de Avanza, con posibilidades de 8 alcaldías.

Pasada la calentura de estos comicios, ¿qué es lo que esperamos? Que los nuevos administradores cumplan con lo prometido.

Pensando que muchas de las ofertas son políticamente deseables pero técnicamente incumplibles. 

Por lo que deberá hacerse un buen recorrido por sus cantones para detectar las verdaderas necesidades, que las conocemos: 

Sectores urbanos con calles intransitables, alcantarillados obsoletos; ciudadelas, barrios, comunas, recintos sin servicios básicos y vías en franco deterioro, etc., males que no son de ahora, sino de décadas y que no se han solucionado. 

El voto es una esperanza para cambiar con estas realidades.

Pienso que el único ganador será el pueblo, si esta vez acertó en la elección;  caso contrario, una vez más habremos perdido.