Aquello resulta no sólo interesante y llamativo para quienes laboran en los medios de comunicación o acostumbran a navegar en las redes sociales, sino que constituye un mensaje esperanzador para quienes acceden a esas informaciones, pues aspiran a que pronto las huestes criminales sean reducidas al mínimo porcentaje poblacional.

Sin embargo, la realidad no es muy coincidente con las buenas nuevas, porque el crimen no ceja de estar presente en el convivir social, y a diario continúa dejando dolor y desesperación, como ratificando superioridad frente a los intentos por desaparecerlo.

Creemos en los buenos y constantes esfuerzos oficiales por mejorar cada día más la calidad y la eficiencia de las fuerzas represivas del mal, e invocamos a que su fortaleza sea reforzada para continuar con paso veloz a la consecución de sus metas, y que la afirmación del Presidente de la República de que la seguridad ya es de todos, no sea solo una quimera.