Se robusteció la democracia de estos países, dejándose de lado el hecho de realizarse esta  reunión en donde lo que menos hay es precisamente democracia, tomándose en cuenta que desde hace 55 años se gobierna con un régimen autocrático y personalista, dirigido hasta hace poco por Fidel Castro y ahora en herencia por su hermano Raúl.  La oposición a tanto atropello dictatorial es silenciada por la fuerza, a tal punto que mientras a puerta cerrada estaban reunidos los Presidentes y Cancilleres de la CELAC, en las calles la Policía y los agentes secretos detenían y recluían en cárceles a más de 200 ciudadanos, para evitar que la voz de protesta trascienda a los otros países, a pesar de que algunos de esos magistrados respaldan y tratan de disimular las acciones y hechos antidemocráticos del gobierno cubano.

En efecto, en esos días sucedió algo curioso en La Habana, cuando el grupo integrante de las Damas de Blanco, que luchan calladamente por la liberación de sus familiares presos políticos, trató de entrevistarse con cada uno de los Presidentes visitantes y conseguir gestiones a favor. Solamente pudieron hacerlo con el de Chile, ya que los otros magistrados hicieron caso omiso a este humanitario pedido.  Y esta negativa acción viene de quienes dicen proteger y respaldar los derechos humanos.

Y pensar que las intenciones de algunos de los países miembros es que la CELAC reemplace a la OEA, la que debería desaparecer por el solo hecho de tener como miembros a Estados Unidos y a Canadá. Todo esto dentro de la fraternal democracia, a la que se quiere llegar generalizando la autocracia y centralizando el poder de mando. 

El otro tema a tratar hoy, tiene que ver con lo que está sucediendo con Bonil y con el Diario El Universo.

Xavier Bonilla, conocido  caricaturista con su columna en la página editorial de El Universo y que lo hace bajo el seudónimo de Bonil, ha sido enjuiciado ilegal y parcializadamente por la recientemente creada Superintendencia de Comunicación, en aplicación a la llamada ley mordaza. 

Esta resolución va una vez más contra la libertad de expresión y de prensa  y siendo un desatino hace daño más bien al gobierno que patrocina esta acción, ya que Bonil y sus caricaturas humorísticas son inofensivos y no tratan de desestabilizar al régimen, a más de que Bonil en ejercicio de su profesión no es ningún  ignorante ni sinvergüenza ni cobarde. La ciudadanía consciente y nosotros incluidos, respaldamos a Bonil y a El Universo.