A veces me parece que Portoviejo, de no tomarse medidas que alienten su crecimiento y desarrollo en todos los órdenes, podría tener una suerte en algo parecida a Nokia o RIM la empresa canadiense creadora del BlackBerry, ambas eran empresas líderes mundiales. Nokia, según Wikipedia, es una “empresa multinacional finlandesa de comunicaciones y tecnología…. ventas en más de 150 países e ingresos anuales aproximados de 38.ooo millones de euros…” Era la compañía símbolo y modelo de Finlandia, ejemplo en el mundo. ¿Pero qué pasó? La misma Wikipedia lo anota: “Nokia fue el mayor proveedor de teléfonos móviles del mundo de 1998 a 2007. Sin embargo, en los últimos cinco años ha disminuido su participación en el mercado como resultado de la creciente utilización de teléfonos inteligentes y la cotización de sus acciones ha caído de $40 a $3…..” La última noticia es que ha sido absorbida por Microsoft.
BlackBerry, otro gigante de la telefonía móvil, tuvo problemas técnicos en 2011. De repente todos sus usuarios a nivel mundial el 8 y 9 de octubre de ese año se quedaron sin correo y sin servicio de mensajería. La razón se supo después: “… de acuerdo a los expertos, su capacidad técnica y operativa no había crecido al ritmo de su clientela”. Ambas empresas entonces, Nokia y RIM, no marcharon al ritmo de los tiempos, no respondieron a los desafíos de la competencia y no enfrentaron con creatividad e innovación a los teléfonos de Apple o Samsung . Hoy el mercado de las telecomunicaciones no sólo está dominado por los teléfonos inteligentes, sino que además se pronostica que en el futuro todo se hará por teléfono. La consigna parece ser que el teléfono inteligente sirva para todo y además…para hablar.
Portoviejo, en su momento, fue como Nokia o BlackBerry. En Ecuador era una ciudad referente. Era el centro de la provincia, frecuentemente visitada por Presidentes y Ministros y la ciudad donde se tomaban las grandes decisiones. Era el corazón de la cultura provincial y por supuesto el núcleo del comercio en Manabí. ¿Qué pasó? De repente y por varias razones, se extravió de su camino, tomó un rumbo equivocado y hoy no está “enfrentando la competencia de otras ciudades”. Como que no sabe que el progreso está ligado a la solución de sus problemas endémicos y a la creación de facilidades para que la gente invierta y viva aquí. No hay que tolerar entonces que se extinga la importancia de la capital. Hay que cambiar YA!
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