Los esposos se recuperaron del dolor y un nuevo embarazo alegró sus vidas, pero les nació una mujer a la que llamaron Martha Mariana.

Dos años después apostaron por otro hijo, pero también nació niña, a quien bautizaron como Karina Victoria. "La tercera es la vencida", se dijeron e intentaron nuevamente buscar el varón, y se repitió la historia, otra mujer, Cinthia Vanessa.

Con la intensidad de la juventud fueron al cuarto intento y lo que sospechaban: nuevamente fue fémina, María Alejandra. Pero la esperanza seguía por un varón. “No hay quinto malo” era la frase de guerra y doña Mariana se embarazó por quinta y última vez. “Tuve otra hija, María Antonella, comentó Zambrano”.

Al fin, la pareja decidió no volver a buscar el varón, pero como dice la canción: “Yo creo que a todos los hombres les debe pasar lo mismo, que cuando van a ser padres quisieran tener un niño, luego les nace una niña sufren una decepción y después la quieres tanto que hasta cambias de opinión”.

Zambrano, quien es electricista, dijo que sus hijas son su adoración pese a que le dieron uno que otro “dolor de cabeza como ocurre en todo hogar", comentó entre risas. Agregó que tuvo a sus hijas con apenas uno y dos años de diferencia y que pese a los duros momentos económicos que tuvo, todas sus hijas son profesionales y trabajan.

NIETOS. Don Antonio confesó que su sueño de un varón sigue latente, pero ahora con los nietos, sin embargo, aún no se concreta pese a que cuatro de sus cinco hijas se casaron. “Entre todas suman cuatro partos y todos de sexo femenino, creo que he nacido para vivir rodeado de mujeres, pero esperanzas aún hay porque aún pueden tener más hijos”, añadió.

Finalmente Zambrano compartió como anécdota que tuvo una gata, pero hasta ella sólo parió hembras.