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Combate a la usura

En las últimas semanas hemos sido testigos de la efectiva campaña pública de embate a la usura, así denominada a la actividad que busca alcanzar enormes beneficios, fuera de la ley, en el otorgamiento de préstamos de toda índole, descarnando al conocimiento público redes de traficantes que han contaminado las fuentes productivas, utilizando mecanismos sofisticados para tener un control casi absoluto de su ímproba acción.

Sábado 28 Diciembre 2013 | 04:00

No hay que hacer mayores esfuerzos mentales para entender que los métodos de cobranza a los morosos  incluyen chantaje, secuestro, sicariato, además de asesinato, narcotráfico y lavado de activos, directamente relacionados. 

Es evidente, sin embargo, que los ciudadanos necesitados de recursos inmediatos para solventar sus emergencias o necesidades para crear riqueza y trabajo,  caen en las garras del usurero porque han perdido toda posibilidad de acceder a un crédito formal, las puertas del financiamiento normal se han cerrado y no les queda otra alternativa que acudir a un crédito rápido, hasta sin garantes, pero con  una desmesurada tasa  de interés, que a la larga se torna impagable, incurriendo en morosidad con riesgo hasta de su propia existencia o la de su familia. El volumen que abarca de este tipo de financiamiento es elevado y recurren a él pequeños empresarios,  no pocos medianos o grandes, comerciantes, pesqueros, artesanos y obviamente agricultores, para quienes acudir al chulco es la tabla de salvación.
Las desgarradoras cifras del último Censo Agropecuario no han sido fatalmente mejoradas, las entidades públicas han sido ineficaces, se estima que el 30% del sector acude a los préstamos agiotistas, sin incluir lo que corresponde al que entregan los fomentadores, casas comerciales distribuidoras de insumos y equipos, con réditos más allá de los establecidos por la Ley, sin cuantificar los recargos en la calificación de calidad y peso cuando se reciben las cosechas como medio de cancelación. 
Revisando la situación de quiebra de una empresa exportadora de banano se comprobó que financistas camuflados en el denominado “facturing” adicionaban costos más allá de los usuales, con lo cual se demuestra que la contaminación invade niveles empresariales.
Bien por la campaña, pero debe ser complementada con un sistema  substitutivo, de allí que aplaudimos la propuesta de líderes cooperativistas manabitas que activan en el agro para convertir esa filosofía, de mundial reconocimiento, como la opción válida para asistir a los pequeños  emprendedores y cerrar la lucha al desangre nacional que provoca la crueldad de los usureros.
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