Para muchas personas, darle una buena atención al cliente es motivo de alegría, pero para otras personas parece ser más importante el dinero que cualquier buen trato hacia el cliente.
Esto se ve en todos lados, tanto en ventas en locales comerciales como en servicios de transporte.
La semana pasada el trato que dieron algunos taxistas a sus pasajeros fue criticable.
Además hubo abuso económico.
El viernes, desde la Terminal Terrestre al redondel del Atún, un taxista me cobró 1,50 dólares.
Para mi asombro, su respuesta fue que otros compañeros están cobrando lo mismo, y si no quería que me fuera a pie.
Lo mismo se da en locales comerciales, donde las supuestas rebajas no son más que alzas exageradas.
Debería haber más control y sanciones por parte de las autoridades.