“Yo me vine para acá junto con el personal que laboraba en la avenida Quito (donde antes estaba el Palacio de Justicia), porque ellos son mis fieles clientes”, dice el comerciante que oferta en un pequeño cajón de madera cigarrillos de todas las marcas, caramelos y chicles.
Desde que se inauguró la Casa Judicial David ha estado allí, sentado al lado del acceso uno en busca de clientes.
“El negocio aquí no es bueno y además los municipales llegan a desalojarnos”, dice el hombre que vive en la cooperativa Diocelina de la Cueva.
> Los usuarios. María Gordillo llegó muy temprano para hacer unos trámites de un juicio que tiene pendiente. Ella se impresionó al ver las instalaciones del Edificio Judicial. “Es un lugar moderno, que da las facilidades a los usuarios”, aseguró.
“Esta es la primera vez que vengo y creo que todo está mejor aquí”, mencionó la mujer.
Maricela Romero, usuaria, señaló que a parte del edificio, las mejoras en la atención han sido evidentes.
“Aquí encontramos todos los servicios en un solo lugar”, dijo la mujer.
En cambio, Erney Angulo, opina todo lo contrario. “Es el mismo perro, pero con otro collar, la lentitud y la burocracia siguen igual que en el Palacio de Justicia, no hay cambios”, dijo.