"Tengo juegos en cartucho, laser discos. Tengo juegos en plataforma VHS y en casete", dijo Thomasson en el sótano de su casa en los suburbios de Buffalo, donde almacena su colección.

Además de los juegos, el hombre tiene varios Xbox y PlayStations, además del raro "Casio Loopy", el único sistema de videojuegos enfocado en las niñas y que salió a la venta en Japón en 1995.

"Todos los juegos de ese son terribles", dijo Thomasson sobre la consola de juegos Pippin, de Apple, que también posee. "Es el menos divertido de lo que hay en la casa", dijo respecto a él. 

Thomasson inició su colección cuando tenía 12 años, y sus padres le obsequiaron la vieja Colecovisión. Lo curioso de ese obsequio, es que el hombre recibió un juego de video un año antes, pero no la consola, por lo que tuvo que esperar un año para poder jugarlo. 

Desde entonces, Thomasson ha restaurado metódicamente la colección, con un promedio de dos juegos por día con un presupuesto estricto de 3.000 dólares al año, lo que significa nunca pagar el precio que piden.

Calcula que la colección vale entre 700.000 y 800.000 dólares.