Si no hay la conciencia que se requiere para el cambio, no servirán de mucho las sanciones que se apliquen, pues la situación irregular y anómala continuará llenando las cárceles, en los casos extremos.
Pero, igualmente, una legislación sancionadora no logrará el efecto pensado si es que no hay jueces probos que la hagan valer, dándose paso a una sociedad sin rumbo.
El nuevo Código Penal está contemplando penas de hasta doce años de prisión para quienes hayan ocasionado accidentes de tránsito en estado de embriaguez, bajo efectos de drogas y con resultados mortales.
Aquello obliga a la revisión de procedimientos por parte de los conductores, pero también de entidades como los sindicatos de choferes profesionales que forman a sus socios en escuelas de conducción, al igual que a los que entrenan a los choferes deportistas, para que en sus instrucciones sean muy profundos en el tema de los deberes sociales y sus incidencias en el vivir colectivo.
Porque el país requiere ahora, más que nunca, del esfuerzo conjunto para superar problemas graves como los que sufre debido a la irresponsabilidad en la conducción de un automotor.