De lunes a viernes, desde las 08h30 hasta las 17h30, comparten sus vidas con los 120 niños que han sido rescatados de situaciones de extrema pobreza y abandono.
Muchos de ellos han cambiado la vida de las pandillas por libros y otras actividades recreativas.
El proyecto trabaja con dos poblaciones con barrios vulnerables o barrios que son expulsores de niños, niñas y adolescentes a la calle y chicos que se encuentran ya viviendo en calle.
Allí es donde los voluntarios ayudan. Letizia, por ejemplo, tiene a su cargo una huerta en la que enseña a sembrar y cosechar productos como zanahoria y albahaca.
>programa. El padre Sereno Cozza, director del proyecto, indicó que desde hace tres años varios jóvenes han llegado a poner el hombro en la misión de brindarles una mejor oportunidad a los niños.
La mayoría de ellos viven en sectores como la cooperativa Cristo Vive, Nuevo Amanecer, Alejandro Montes de Oca, Unión Cívica Popular, El Proletariado y Ernesto Che Guevara.
Los italianos forman parte del programa Engim Murialdo, su labor se extendió por 10 meses.
“Ellos colaboran en actividades deportivas, de labor social y de apoyo escolar, sin reemplazar a talento local, han sido una ayuda invaluable”, dijo Cozzi.