Bajo el título de “Salvemos la producción Bananera”, los representantes de las más granadas fuerzas gremiales bananeras han dirigido una sesuda solicitud, respetuosa pero “desesperada”, de reunión de trabajo al Vicepresidente de la República y al Ministro Coordinador de la Producción, en la que deben intervenir los  responsables de las áreas de Agricultura, Medio Ambiente, Relaciones Laborales, Industrias y Competitividad,  Comercio, Rentas, Seguro Social, Senagua, Dirección de Aviación Civil, para que en unidad de acto y objetivos con productores, acuerden medidas urgentes que preserven el  nivel competitivo del banano y plátano, con comunes problemas. Sin embargo, hasta la fecha de redacción de este comentario no se recibe respuesta.

La agenda de análisis es completa,  abarca un sustentado análisis del impacto que ha recibido el sector por el justo y plausible incremento salarial y formalización laboral; los indiscutibles aumentos en los costos de producción, por el valor de los insumos aplicados; el fuerte impacto de los fletes y cruce del Canal de Panamá, que se profundizará con la segura afectación, aunque se argumente lo contrario, de la sobretasa a cubrir para mejorar el acceso de los buques al puerto de Guayaquil; además del hecho cierto, que ya se vive, del mayor  monto impositivo para acceder al mercado de la Unión Europea en virtud de las canonjías que gozan los centroamericanos, Colombia y Perú, merced a los tratados de libre comercio, ya vigentes, que les favorecen grandemente, mientras el convenio comercial nuestro está aún en fase de negociación.

Lo interesante de los planteamientos es que van acompañados de soluciones que dependen exclusivamente de la voluntad política del Ejecutivo para ponerlas en práctica con la premura que la situación amerita, de lo contrario se iniciará un retroceso económico, con repercusiones en la tranquilidad de la nación.