La Senagua le hizo el deposito por el pago de su finca, en el Jobo de Río Grande, donde el Estado construye una represa. Zambrano se negaba a salir. Pero precisamente el 18 de octubre del 2011, el campesino fue desalojado por cientos de policías que arribaron a las 04h00 para sacarlo de su hogar y llevarlo detenido). “Era un paraíso que lo construí para pasar mi vejez y abrazarme a la muerte. Sin embargo representantes del Estado me expulsaron de mi propiedad para dar paso a una represa que no solucionará las inundaciones de Chone”, expresó.

Don Alfredo, trabaja en la agricultura cuando hay empleo, pero luego de dos años sin propiedad, come y duerme donde sus amistades se lo permiten. Incluso y tras el desalojo le tocó usar los zapatos que le regaló un policía, ya que todos sus bienes se los entregaron a su hermana mayor, pues él se rehusó a ir por ellos. “Me ofrecieron reconocimientos por todas partes, que un centro arqueológico llevara mi nombre y hasta 800 mil dólares por mis tierras, pero si acepto sería ruin y callaría la voz de los montubios rebeldes”.