Lara tenía 76 años de edad y un reto por delante que cumplir. Le dio estabilidad al municipio.

La administración anterior había empezado el plan maestro de alcantarillado y pluvial con la empresa Inabromco, obra que no terminó en el plazo estipulado en el contrato. 

 obras. Las calles de la ciudad estaban destruidas debido a los trabajos del alcantarillado. Isabel Hernández, quien fue directora de planificación en la administración de Lara, recuerda que fue la obra más crítica. 

Agrega que le plantearon la rescisión del contrato, “entendió y así lo hizo”. “Para adelante, nada para atrás, decía él”, señala Hernández.

Según Hernández, con los pocos recursos que tenía el municipio, Lara llegó a varios sectores con adoquinado y mejoramiento de algunas calles. 

También actualizó la malla urbana de la ciudad, contratando a Patricio Villalba, lo que sirivió de base para la siguiente administración.

Intentó poner orden en la Chile y otras calles del centro, donde se despejaron los portales. 

“Trató de mejorar lo que más pudo”, señala. 

Algo que no le pudieron cambiar de decisión, según Hernández, fue la construcción de los locales comerciales y las baterías sanitarias en el portal de la escuela Tiburcio Macías, sobre la calle Córdova. 

“Por más que le persistimos para que no lo haga, él dijo que la obra iba porque ese lugar se había convertido en un urinario”, dijo. 

También dejó creada la fundación Río Portoviejo. 

El historiador José Arteaga Parrales señala que Lara era una persona bien atenta, pero que “tal vez por la edad no pudo hacer mayores cosas”.