Vanessa Tanasio ingresó en un hospital de Melbourne, Australia, la semana pasada luego de sufrir un ataque cardíaco provocado por el bloqueo de una de sus arterias.
Tras algunos minutos en el centro asistencial fue declarada clínicamente muerta. Los doctores habían recurrido a prácticamente todas las técnicas y protocolos de reanimación para casos de este tipo. Pero faltaba una: el dispositivo de compresión Lucas 2.