El sol aún no aparece y Cedeño ya está despierto, listo para comenzar a preparar la masa del que será el desayuno de muchos.
Su jornada es distinta a la de cualquier persona. Son las 05h00 y ya es hora de que "el pan esté en reposo y se pueda comenzar a hornear. Todo esto se lo debe realizar el mismo día, para que esté fresco en la mesa", explica Cedeño.
No solo sirve de alimento en el desayuno. También los alumnos de los colegios Portoviejo, Olga Vallejo y San Francisco de Asís llegan a comprar.
"Los panes que llevan piña son los mejores, vengo a adquirirlos cada vez que salgo del colegio", menciona Fernanda Farías, estudiante.
"No hay pan difícil de realizar cuando uno lleva años ejerciendo esta tarea, simplemente se lo puede hacer hasta con los ojos cerrados", afirma Cedeño.
En la panadería se venden palanquetas con queso, con piña, con chocolate, piononos, pasteles, rosca. "Vendemos de todo, no hay uno preferido para los clientes", dice Cedeño.
En la panadería atienden todos los integrantes de la familia. "Mi esposa ayuda en el negocio, ella tiene carisma al vender", indica.
"No hay felicidad más grande que ver los anaqueles de pan vacíos por haber vendido todo", puntualiza.