Según destaca el odontólogo Jan Padilla, es a partir de los seis meses cuando los niños comienzan a experimentar  la erupción de los dientes que empieza con los incisivos centrales inferiores, de allí comienzan los superiores, los laterales y por último los molares.

"Este proceso inicia a los seis meses de nacidos, dura más o menos hasta el primer año de vida y es allí cuando tienen su dentición primaria completa", indica.

Por otra parte añade que "es por eso que los niños a partir del primer año de vida ya deben usar un cepillo para asear sus dientes y así garantizar el desarrollo de los mismos". Según detalla el especialista, la higiene bucal debe comenzar desde el nacimiento.

"Desde que el niño toma biberón se debe realizar una higiene bucal adecuada, ya que va a ser el futuro de su dentadura, y esto dependerá de la higiene bucal que tendrá desde el principio", dice.

Cómo se hace. Un pequeño trapo limpio o cepillo de dedo se moja con un poco de agua y se limpia la lengua del niño y la parte interna de las mejillas. Según detalla Padilla, las bacterias no se adhieren a los dientes, sino a la lengua y a las mejillas, en la cavidad bucal. "Y si no se realiza una higiene temprana, previo a la aparición de los 'dientes de leche', es donde vienen los problemas en el futuro como el mal aliento, la caries y el no adecuado desarrollo y formación de la dentadura de los pequeños", explica.

Importancia. Uno de los principales inconvenientes que contribuyen al mal desarrollo de la dentadura de un niño es la poca atención e interés que existe en algunos padres. 

A veces se cree que el cuidado de los dientes de leche no es importante porque a la larga van a mudar.

El profesional asegura que los dientes temporales se deben cuidar más porque si un diente primario se pierde antes del tiempo que debe de ser extraído, el siguiente diente sale en mala ubicación "y se generan los problemas de ortodoncia y de posiciones".