Sin embargo, si bien el país ha sentido una mayor tranquilidad en cuanto a amenazas externas luego de la firma del tratado de paz con el vecino del sur, las acciones de cuidado ahora se han trasladado a la zona norte, debido a la constancia de narcotraficantes, de grupos colombianos alzados en armas, así como de delincuentes y criminales comunes, a cruzar hacia nuestro territorio.
Hace pocos días, un comando guerrillero, supuestamente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), al ser encontrados dentro de suelo ecuatoriano por una patrulla del Ejército nacional, dispararon contra esta, registrándose un enfrentamiento que dejó como doloroso resultado un oficial militar ecuatoriano muerto y otro soldado herido; mientras del lado contrario cayeron cinco elementos.
Aquello muestra lo delicado de la situación en ese sector fronterizo, que ha obligando a nuestro gobierno a destinar mucho más recursos para la defensa de la soberanía, lamentándose que del lado colombiano no exista el mismo interés, lo que debe ser reclamado con energía por nuestras autoridades.