Este edificio, considerado como patrimonio del cantón desde 1978, fue mejorado en su parte exterior.
"Se pintó la fachada para poder verla bien, es una casa en donde han vivido nuestras generaciones pasadas", detalló Filerma de Barcia, dueña de la edificación.
Alberto Paz, director del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), indicó que ellos supervisaron el arreglo, pues dijo que para lograr una restauración total se necesita de mucho dinero y además a ellos no les compete, sino al municipio.
La casa sigue siendo funcional. En la planta baja hay locales como farmacias y restaurantes.
Los dos pisos siguientes no están habitados por el momento, pero se los arreglará para poderlos alquirar posteriormente, así lo afirmó la propietaria.
La casa Barcia es considerada como un bien patrimonial para el INPC.
Está hecha de madera, caña y enquinche, y está cubierta de zinc.
Sus molduras y ornamentación tienen una estructura en detalles en madera. En su fachada tiene 20 balcones y es de color beige amarillo.
La ficha del INPC detalla que su interior está deteriorado, pero que su parte externa luce renovada y sin mucha afectación, pese a sus años de construcción.