Tenemos que anotar que los turistas, tanto nacionales como extranjeros, toman ventaja de los bajos precios de los pasajes que los buses cobran para movilizarse entre provincias y disfrutar de nuestros maravillosos paisajes que los viajes terrestres nos brindan.

Una vez más, un bus de una cooperativa llevando pasajeros nacionales como también turistas extranjeros tuvo un lamentable accidente que ocasionó muertos y heridos en una de las llamadas curvas de la muerte de las tantas que existen en nuestra red de carreteras, repitiéndose la misma historia, sin que se sepa el verdadero motivo de esta tragedia.

Si a las cooperativas y a los conductores  no se los hace económicamente  responsables por estas pérdidas humanas, los controles de seguridad se ignorarán, como es el estado mecánico del bus y la condición física del chofer; estos llamados accidentes se seguirán repitiendo.

Estamos completamente de acuerdo que se debe dar prioridad  al ser humano sobre el capital, por lo tanto es tiempo que la legislatura y el Consejo Nacional de Tránsito emitan leyes y reglamentos que aseguren que a los choferes antes de darles la licencia  para conducir un bus de pasajeros, suministren un examen de alcoholemia y de drogas, un certificado médico, óptico y psicológico para asegurarnos que su  estado mental está normal, su presión arterial con niveles aceptables, sus reflejos normales, su visión 20/20, sin glaucoma o daltonismo.

Para que un inspector dé el visto bueno de salida, el chofer tendrá que someterse a un examen de alcoholemia, de drogas y constatar el número de horas al volante en ese día. El bus deber tener la evidencia de un certificado de mantenimiento mecánico, que será inspeccionado en la mecánica que toda terminal terrestre debe tener. 

Todos los choferes de buses, no solo deben ser peritos en su ramo, mantenerse física y mentalmente en óptimas condiciones y periódicamente deben ser sometidos a pruebas en un simulador que certifique su pericia; es decir, tenemos que tratarlos de la misma manera que lo hacemos con los pilotos de aviones, a quienes entregamos nuestra vidas cada vez que emprendemos un viaje.