Manabí acumuló méritos para convertirse en lugar estratégico del sentir liberal que pregonaban Juan Montalvo, Rocafuerte, Peralta, José María Albán, Eloy Alfaro, en lograr plasmar la ideología liberal como único medio para la transformación de esta sociedad dominada por políticos ambiciosos y sumisos a las clases pudientes, militarismos extranjero y poder clerical.
En este marco histórico se da el primer accionar de los montoneros, liderados por el ideólogo José María Albán, Eloy Alfaro y otros liberales con el apresamiento y secuestro en Montecristi- Colorado, el 5 de junio 1869, al entonces gobernador de Manabí, el astuto y sanguinario Cnel.: Francisco Javier Salazar, quien más tarde murió en Guayaquil víctima de la fiebre amarilla, en 1891.
Frente a tal acontecimiento y otros hechos posteriores, el presidente José Ma. Plácido Caamaño Cornejo, con afán de controlar la situación política presiona y consigue nombrar al sacerdote alemán Pedro Schumacher, recalcitrante antiliberal, como Obispo de Portoviejo .
Schumacher, cura de gran visión progresista, inicia una vasta obra física y teológica en Manabí.
A la Curia le falta sacerdotes y seminaristas, por tal razón construye el seminario San José en Andrés de Vera, sede que serviría de aposentos, oficinas y escuela de formación; consigue además, a través de la iglesia alemana, él envió de 16 Seminaristas a Portoviejo, quienes arribaron meses después en grupos, vía marítima .
Los seminaristas eran estudiantes de teología, aspirantes a sacerdocio; eran jóvenes de complexión atlética, rubios, altos, blancos, de ojos azules; fueron ubicados al servicio de poblaciones como Colón , Sta. Ana, Olmedo, Rocafuerte, Junín, Calceta, Soco-Soco, Tosagua.
Fue buena la impresión y los seminaristas alemanes fueron acogidos con regocijo y admiración lo que motivó la atracción de bellas mestizas que se ilusionaron y enamoraron de estos jóvenes varoniles, lo que dio como resultado una fusión de razas de singular belleza.
Las arcaicas y viejas costumbres manabitas de ese entonces era esconder el pecado de sus hijas, encerrándolas en casa o enviándolas a lugares distantes donde existían parientes cercanos.
Los seminaristas conservaron el silencio a su pecado carnal, amparados en el poder y hermetismo que ejercía la iglesia sobre sus feligreses.
El cura Schumacher estuvo once años como Obispo de Portoviejo 1884-1895, época que le toco salir en éxodo forzado junto a gran parte de sus seminaristas por la gravedad política en Manabí. Murió en la aldea Colombiana de “Samaniego” el 15 de julio 1902.