El terror que sembró en tres países (Ecuador, Perú y Colombia) el colombiano Pedro Alonso López, nacido en octubre de 1948, lo hizo conocer a nivel mundial como "El Monstruo de los Andes", un criminal que violaba, asesinaba y luego desaparecía a sus víctimas menores de edad. La crueldad de "El Monstruo de Los Andes" fue tal que es considerado uno de los asesinos en serie que más crímenes ha cometido en el mundo.

En su confesión, luego de ser capturado en 1980, "El Monstruo de Los Andes" reconoció a los investigadores que había asesinado por lo menos a 110 niñas y adolescentes en Ecuador, 100 en Colombia, y más de 100 en Perú; también indicó a las autoridades un campo en Ambato (Ecuador) donde había sepultado 53 cadáveres. Sus declaraciones fueron tan detalladas, que el cura Córdoba Gudino, quien trató de confesar a López, no las soportó y pidió que le abrieran las puertas de la celda para dejarlo de escuchar.

Pedro Alonso López narró friamente que le gustaban más las muchachas de Ecuador porque "eran más dóciles y fáciles de convencer, no como las colombianas, que desconfiaban de los desconocidos". 

El número exacto de las víctimas de "El Monstruo de los Andes" nunca se llegó a conocer, pues muchos de los crímenes sucedieron en poblaciones aisladas. 

INFANCIA. Hijo de una prostituta y el séptimo de 13 hermanos, la infancia de López estuvo marcada por la violencia e infelicidad, y a los 9 años, al ser descubierto por su madre manteniendo relaciones sexuales con su hermana menor, fue botado de la casa. López vivió como indigente en Bogotá y fue abusado sexualmente. 

En 1969, a los 18 años, López fue encarcelado por hurto; en prisión fue violado por tres presos, lo que desató su sed de venganza y los asesinó días después; por el triple crimen le dieron dos años más de sentencia y luego de cumplir su pena, en 1978 se trasladó a Perú, en donde reconoció haber empezado a violar y asesinar a por lo menos unas 100 menores de edad, hasta que fue capturado por una turba enardecida que pretendía lincharlo luego de que tratara de secuestrar a una niña de 9 años, sin embargo, un sacerdote lo salvó de la muerte y dejó que fugara a Ecuador.

En ese tiempo empezaron en Ecuador a ocurrir desapariciones de menores, pero este hecho fue atribuido a la trata de mujeres, hasta que en 1980 una inundación en Ambato desenterró los cadáveres de cuatro niñas y las autoridades empezaron una nueva investigación.

Finalmente, el mismo año una turba enardecidad capturó al "Monstruo de los Andes" cuando pretendía secuestrar a una niña de 12 años,y fue entregado a las autoridades.

Según los medios de esa época, López fue sentenciado a morir en prisión, pero en 1998, por un pedido de extradición, fue enviado a una institución mental en Colombia, donde se regeneró y quedó en libertad.