Tras la posesión, Correa realizó su discurso inaugural y agradeció a todos los presidentes y jefes de gobierno presentes en la ceremonia. 

El mandatario destacó los lugares turísticos del Ecuador y el recorrido que podrían realizar los visitantes a las Islas Galápagos, recordando que era una de las maravillas del mundo, “Ecuador ama la vida”, dijo. 

“El papa es argentino, probablemente Dios es brasileño, pero el paraíso es ecuatoriano”, dijo Correa en su discurso resaltando los lugares ecológicos y la diversidad de su país. 

Rafael Correa destacó que Ecuador tenía una de las economías más estables de América Latina y que es uno de los países donde más se ha reducido la pobreza. Indicó que Ecuador es el país que más baja tasa de desempleo tiene, con 4.1%, destrozando la economía ortodoxa y eliminando la tercerización, lo que él denomina como explotación laboral legalizada.

"Como nación estamos orgullosos de ser nuevamente el país que más reduce desigualdad en nuestra América" dijo Correa nombrando un informe de la CEPAL. 

Por otro lado, dijo que "estamos a la vanguardia en la política de personas con discapacidad integradas laboralmente".

"La obra majestuosa de ayudar las personas con discapacidad se la debemos a Lenin Moreno Garcés", señaló Correa al resaltar el trabajo de su ex binomio.

Lo que no faltó en su discurso fueron las duras críticas a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). "Cómo es posible que la CIDH se financie en su totalidad por estados observadores que no son parte de América, es decir pagan para controlar a los demás", dijo al referirse a este organismo.