No estamos enfrentando el problema en la médula del mismo, no es cuestión de regalarles condones, de darles tabletas anticonceptivas y finalmente fomentar el uso de la “píldora de emergencia”.Es facilitarles la promiscuidad sexual desde edades en las cuales ellos pueden tener un desarrollo sexual aparentemente culminado, pero todavía en ciertas fecetas de su personalidad, son niños en cuerpos de hombres y mujeres.

Es obvio que la escala de valores ha cambiado por completo en las sociedades occidentales.

En la actualidad la vida sexual se inicia a partir de los 12 años en las mujeres y 14 en los varones con un promedio de 15 años, con una correlación directa de las madres adolescentes, un gravísimo problema de la sexualización de éste grupo etario. 

El matrimonio como institución vital, la célula del tejido social ha caído en una crisis espantosa, la tasa de divorcios de los padres.  Las familias disfuncionales, la migración de los progenitores, la nueva generación de adolescentes criados por los abuelos-padres ha transformado a toda la sociedad.

El uso generalizado de alcohol, cigarrillo, marihuana y todo tipo de drogas en los colegios, en forma independiente del nivel social, porque se lo hace en colegios fiscales y privados, sin importar el nivel cultural, económico y de cualquier otra índole, nos ha llevado a la situación en que nos encontramos, con importante deterioro de la calidad de vida de las mujeres adolescentes.

El levonorgestrel (oI-norgestrel o D-norgestrel) es una progestina sintética de segunda generación. 

Es el principio activo de la píldora anticonceptiva de emergencia, una dosis única elevada de 1.5 mg o dos dosis de 0.75 mg cada una separadas por 12 horas, que deben tomarse antes de transcurridos tres días del coito sin protección.

Éste método impide la implantación del óvulo u originan regresión del cuerpo amarillo imprescindible para mantener el embarazo. Previene la ovulación, la maduración y la salida del óvulo del ovario (efecto anovulatorio), evitando la unión del óvulo con el espermatozoide. 

Dificulta el transporte de los espermatozoides, impidiendo que estos se unan al óvulo (efecto anticonceptivo). Reduce las probabilidades de embarazo entre un 60 y un 90 por ciento.