José Domingo se dedicó toda su vida a la agricultura, y el machete fue su compañero de trabajo. Asegura que quizás ese oficio que realizó en sus tiempos de juventud es lo que le ha dado fuerzas para seguir con vida. 

En la actualidad ya no trabaja, se la pasa sentado a un costado de la puerta de su casa observando pasar a sus vecinos y esperando que las autoridades municipales se acuerden de ellos y lleguen las obras.

José Domingo manifestó que la calle es lo principal que quieren que les construyan. Esto es compartido por Narcisa Anchundia, quien aseguró que cuando llueve tienen que convertirse en malabaristas para salir de sus casas.

Agregó que hace varios meses se les colocó lastre, que fue compactado por una maquinaria, pero ésa no fue la solución.

“Queremos que nos pavimenten las calles, hacemos el llamado al alcalde de Montecristi para que nos solucione este problema”, manifestó Anchundia.

Pero no todo es malo, ya que el alumbrado público fue arreglado recientemente y la dotación de agua es normal. “Agua no tenemos todos los días, nos llega tres veces a la semana, pero eso nos alcanza para estar bien abastecidos”, expresó Luis Antonio Palma, otro morador del lugar.