En el sector no es difícil encontrar familias conformadas por muchos hijos, una madre y nada más. 

Esa es la historia de Nancy Benet, una joven madre soltera de cinco niños.

Ella vive sola y sostiene a sus pequeños con lo que obtiene de la venta de bolones en las afueras de su casa,  por el momento no tiene otra fuente de ingreso. Su conviviente la abandonó hace cinco años. 

Su vivienda es humilde y las necesidades son muchas. No tiene agua potable, su familia utiliza agua de pozo, y sus niños no han podido estudiar.

La vida le negó a Nancy la posibilidad de prepararse, “no alcancé a acabar el colegio”, dice mientras alimenta al último de sus hijos en la pequeña sala de su casa.

 

>  Cifras. A nivel provincial el 7.7 por ciento de la población es afrodescendiente, más de 40 mil, según datos del último censo del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).

No existen planes de ayuda para esta parte de la población. 

A decir del INEC los afrodescendientes presentan las peores condiciones de vida, niveles más bajos de escolarización, desempleo, y difícil acceso a los servicios sociales, además de discriminación.

A nivel nacional, el 11% de afrodescendientes están desempleados.  

El caso de las mujeres “afro” es aún más complicado, el 17 % de ellas no tiene empleo. 

Para Calletano Tenorio, de la Asociación de Afrodescendientes Ébano Santo Domingo, es urgente que se planifiquen cambios para “equiparar la balanza de la desigualdad con fines sociales e incluyentes”.

La población “afro” de Santo Domingo se siente discriminada. Y eso lo afirma Wilson Mina. “La discriminación es constante, los niños son los más perjudicados, se burlan mucho del color de la piel”, afirma