Aunque las cifras que exhibe el Gobierno muestran un descenso en el número de delitos cometidos en el país, lo cual incluye a Manabí, es innegable que entre los ciudadanos se mantiene la percepción de inseguridad.
En las calles, cuando alguien toca el tema, se puede conocer el temor de la gente a ser víctimas de la delincuencia común.
Entre quienes acudieron ayer a la marcha había familiares y amigos de personas asesinadas que reclamaban por varios crímenes, algunos de los cuales fueron perpetrados hace años y que, sin embargo, se mantienen impunes.
El ofrecimiento de los miembros del Consejo Nacional de la Judicatura, reunidos en Portoviejo el jueves último, de emprender acciones contra la impunidad es un síntoma de que las autoridades también están preocupadas por el tema.
Ojalá se mantengan en ese objetivo. La impunidad es un problema tan grave como los mismos delitos y, peor aún, lleva a los ciudadanos a perder la confianza en la justicia.