El fallecido era oriundo del sitio Las Lajas de la provincia de El Oro y tenía algún tiempo viviendo en Pedernales, donde se ganaba la vida como guardián de un hostal del cantón.

Verónica Delgado, esposa del occiso, indicó que su conviviente salió en horas de la mañana rumbo a su trabajo, pero antes había recibido una llamada.

Quien contestó el teléfono fue la mujer y dijo que era la voz de un hombre que presuntamente le iba a ofrecer un trabajo a su esposo, por lo que le dio el teléfono.

Salió de casa. Espinoza le indicó a su cónyuge que en la tarde la llamaría de su trabajo, pero nunca lo hizo, por lo que la fémina se preocupó y fue a buscarlo, pero en el hostal en que laboraba le manifestaron que Espinoza nunca llegó.

La mujer lo buscó por todos lados hasta que le informaron que el cadáver de un hombre, que había sido encontrado en el río Vite, estaba en la morgue de la ciudad, y al acudir se dio cuenta que se trataba de su marido.

En el anfiteatro se explicó que el fallecido presentaba golpes en el tórax y en la cabeza, además que tenía agua en los pulmones.