De acuerdo a estudios realizados por la FLASCO, el crecimiento del parque automotor en el cantón Portoviejo es del 12% anual y se constituye en la segunda ciudad más congestionada del paí,s después de Quito, esto es fácil de verificar en los desplazamientos que las personas realizan en sus vehículos por el centro de la ciudad en horas pico, en los cuales el tiempo promedio de recorrido es de 5km/h. Si consideramos este indicador sumado el tiempo que se utiliza en buscar un espacio para estacionamiento, podemos concluir en afirmar que en el centro de la ciudad no existe una movilidad fluida, lo cual disminuye el potencial productivo de sus ciudadanos. Vale recalcar que la mayor parte de las actividades se concentran en el casco céntrico de la ciudad, lo cual dificulta el tránsito vehicular, pero facilita la movilización peatonal de un sitio a otro, generando ahorro en combustible, menor tiempo de traslado de una entidad a otra, y mayor movimiento comercial, situación que puede ser considerada como una fortaleza para disminuir la circulación de vehículos privados en la urbe central. Tomando en cuenta estos parámetros enunciados, la premisa principal sería si queremos que Portoviejo sea una ciudad para todos los ciudadanos o una ciudad para los vehículos? Si la respuesta es la primera, la propuesta será una ciudad con espacios destinados para ciclovías debidamente demarcadas, en la que el principal medio de transporte sea un vehículo más eficiente como la bicicleta, veredas más amplias para seguridad de los peatones, sin barreras que obstaculicen el paso a personas con capacidades especiales, y bulevares arborizados que devolviendo la ciudad a la gente se conviertan en espacios confortables para quienes la recorren. Este tipo de modelo de sustentabilidad no es nuevo ni son experimentados que se quieren implantar sin un sustento lógico ni técnico, basta mencionar los cambios que se hicieron en la década de los setenta en Amsterdan, Holanda, cuando sus principales vías se encontraban abarrotadas de vehículos con un alto índice de accidentes de tránsito, por lo que sus ciudadanos tomaron la decisión de dar paso a una manera de movilidad más amigable con el entorno, la cual ha sido tomada como ejemplo a seguir en otras grandes ciudades del mundo. Repensar nuestros hábitos de movilidad y evaluar los efectos positivos de los cambios que podemos introducir es la herramienta para avanzar hacia un modelo colectivo de movilidad sustentable, en definitiva más eficiente, seguro, equitativo, competitivo,tranquilo y saludable.