Mónica Bailón Ávila, moradora del barrio San Rafael, se sorprendió al observar que de la bóveda de su padre, Manuel Bailón, se le sustrajeron la rejilla de metal.
Elaine Chinga y su madre Gloria también se asombraron porque en otras bóvedas se había violentado la seguridad de las bóvedas. “Aquí en el cementerio hay inseguridad”, dijo con tono de preocupación Elaine.
Bailón, acompañado por su esposo Mauro López, recorrió otras bóvedas y observó que no tenían las estructuras de metal que protege las lápidas..
Algunas familias que viven en los alrededores del cementerio de Jaramijó informaron que por las noches grupo de jóvenes ingresan a robar en las bóvedas.
“En las noches no hay guardián”, dijo una señora que vive frente al camposanto.
En la Comisaría Municipal, ayer por la mañana, no se había receptado ninguna denuncia de robo de lápidas y estructuras de metal de las bóvedas.
Vía telefónica el Comisario, Juan Bailón, señaló que tampoco recibieron informe del panteonero de lo ocurrido en el camposanto.