Es hora de reaccionar de la ciudadanía de Portoviejo, por la falta de seriedad y atención en los requerimientos de los servicios básicos, que nos presenta un panorama de ruinas que nos arrinconan por temor y miedo de protestar con radical rigor ante tanta indolencia de los poderes centrales y seccionales que nos tratan con dadivas de pordioseros.
¿Qué estas reacciones extremas se irían contra el régimen democrático? ¡Bien, y qué!. Si consideramos, que democracia es ambiente y sinónimo de igualdades de derechos de todos los pueblos que conforman la nación ecuatoriana, y no derecho a una anarquía institucional frente al desprecio de la marginación en la distribución de los recursos económicos del erario nacional que por Ley nos corresponde; caso concreto el Proyecto Acueducto Santa Ana-Portoviejo, con los estudios técnicos realizados a través de Senagua, así como las injerencias e imposiciones de un funcionario incondicional de Odebretch, que originalmente instaló en La Presa La Esperanza los equipos de fabricación de tuberías de polietileno con revestimiento de fibra de vidrio que fueron instaladas en el proyecto de Riego del Carrizal Chone, luego estas maquinarias fueron trasferidas a Rivatec de Cuenca, que sería la proveedora de estos materiales en la Línea de Conducción del Acueducto, en vez de tuberías de hierro dúctil, por la presencia de arcilla expansiva en toda la ruta del proyecto, que propuse en el perfil de los estudios y diseño técnico al presidente Rafael Correa, y ahora el Miduvi-Portoviejo cuestiona la realización de los estudios y diseños técnicos, que a lo mejor serán de forma y no de fondo.