Después de la fiesta llegó el fútbol.

Liga de Portoviejo saltó al campo de juego con cinco juveniles.

Los primeros cinco minutos fueron del dominio de los ligados, pero poco a poco el Independiente del Valle fue tomando el pulso del partido y pasó a ser el dominador del encuentro. Pero los del Sangolquí no pudieron abrir el marcador gracias a la buena intervención del arquero Auro Fernández, quien ahogó el grito de gol en dos oportunidades.

En la línea defensiva la experiencia de Kelvin Castro fue fundamental para el orden del equipo. Luis Espinel jugó con un claro 4-4-2.

Jonathan Conrrado no fue el jugador que marcó la diferencia dentro de la cancha.

Cuando el encuentro se tornaba interesante con llegadas de ambos equipos (las de mayor peligrosidad las tenía el Independiente) el estadio se apagó. La energía eléctrica se fue por más de 30 minutos. 

 

Segundo tiempo. Espinel cambió todo el equipo para el segundo tiempo. Los únicos que continuaron fueron Castro y Fernando Delgado.

Los segundos 45 minutos fue otro partido, mucho más rápido y con mayor toque de balón.

Jair Cedeño fue el encargado de manejar el balón en el medio sector. Fue más desequilibrante que Conrrado.

La delantera ganó peso con la presencia del juvenil Gustavo Asprilla y José Gutiérrez.

Liga tuvo mayor control del balón en el segundo tiempo.

El partido contra el Independiente fue  una prueba valiosa para el técnico de Liga, que de a poco está logrando lo que quiere; que el equipo juegue con balón dominado. El empate conseguido la noche del sábado hace soñar a los hinchas.