En sus homilías ha dicho “El aborto no es una solución.Debemos escuchar, acompañar y comprender desde nuestro lugar a fin de salvar las dos vidas”, algo que muchos católicos estamos en un cien por ciento de acuerdo y aún más “los que somos médicos y defendemos el derecho a la vida del nuevo ser”. En la ciudad, la esclavitud está “a la orden del día” en referencia a la trata de personas. Mantuvo en forma firme su “rechazo al matrimonio gay con Cristina Fernández de Kirchner”. Vivimos situaciones de pobreza escandalosa, de enfermedades, y todo nos lleva a una falta de justicia”, lo dijo en el 2007 en una homilía, durante el gobierno de Néstor Kirchner. Dicen quienes lo han conocido de cerca, que lee a Dostoievski, Borges, clásicos de la literatura, le gusta el fútbol, el tango y la opera. Sus detractores indican que en los años de dictadura militar (1976-1983), cuando la “Teología de la Liberación” estaba en furor en América Latina, con sus focos principales en el Brasil y Colombia y con muchos adeptos por la fuerza de sus argumentos, mantuvo la unidad de la orden jesuita, penetrada por la corriente progresista descrita; sin embargo ciertos sectores de la Iglesia sufrieron persecuciones y dos obispos fueron asesinados, desaparecieron varios sacerdotes, seminaristas y laicos en la feroz represión de la dictadura sanguinaria que gobernó Argentina en esos años.

Existe una crisis en el mundo, en las sociedades, en todos los sistemas políticos, en donde la corrupción, el enriquecimiento ílicito, el crimen organizado, el narcotráfico han producido severos sismas en el convivir de los humanos y esto por supuesto le afecta a la religión católica, especialmente en temas como la pederastia de obispos y sacerdotes, lacra nefasta que Benedicto XVI no pudo controlar; la falta de vocaciones; temas espinosos como el manejo de nuevas orientaciones sexuales, el movimiento de homosexuales y lesbianas, el matrimonio gay, el aborto, la fertilización in vitro, la utilización del condón y la crisis de las familias y el matrimonio en general.

El papa Francisco I, el Sumo Pontífice es el nuevo conductor de más de 1.200 millones de católicos repartidos en el mundo, en todos los continentes y hemisferios; es la primera vez que un sacerdote latinoamericano accede a tan grande distinción y así de enorme es su responsabilidad pastoral para beneficio de todos los que estamos en esta Iglesia. Vida, salud y sabiduría en su nueva posición.