Históricamente en el país, así como han existido gobiernos con tintes ideológicos de derecha, sean éstos conservadores, demócratas populares, social cristianos, republicanos, también han habido gobiernos liberales y de izquierda como: el socialismo democrático y el actual gobierno, socialista del siglo XXI. Pero lo curioso es saber dónde se ubican ideológicamente los gobiernos populistas, que sí han existido, porque según los entendidos o politólogos indican que existe un populismo de derecha y de izquierda, una definición poco convincente pero muy evidente en nuestro medio.
Pero también existe el populismo sin orientación ideológica y doctrinaria, que en su momento incursionó en el pensamiento y la conciencia del pueblo ecuatoriano, escribiendo una de las páginas nefastas para la política ecuatoriana y el bienestar general del país, porque ese tipo de gobierno promovió el consumo, el despilfarro, la oferta barata y la corrupción a través de ofrecimientos demagógicos que alentaron el clientelismo político, constituyendo bases electorales y populares cautivas para mantener un sorprendente grado de hegemonía en la palestra pública.
Y así parece también que incurrieron en su momento partidos políticos con ideologías plenamente definidas, y cayeron impunemente en las garras enconosas de ese populismo clientelar, embustero y sin fundamento para desestabilizar la institucionalidad democrática del Ecuador.
Pero en el país, política e históricamente todo ha sido posible, desde que se unan ideológicamente el agua con el aceite hasta que adopten posiciones extremas e irreconciliables; desde que se apropien o usufructúen proyectos históricos de una tendencia por individuos de otras y los apliquen como propios; desde que se den los famosos camisetazos que siempre han existido, hasta que se armen las nefastas componendas; desde defenestrar presidentes sin motivo legal aparente hasta perseguirlos como reos de la justicia; y desde judicializar la política hasta farandulizarla.
Pero, sin ser pesimistas, esperemos que, por el bien de la Patria, no vuelvan a reeditar estos episodios oprobiosos de la política ecuatoriana.
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