Hay beneficios que causan perjuicios irreparables cuando la entrega no es oportuna en la producción agrícola del país, por la concentración burocrática entre Quito y Guayaquil, que sin el visto bueno de esas dependencias se margina y se torpedea al sector agropecuario en todos los trámites de créditos realizados a través del Banco Nacional de Fomento.
Y los subsidios en la entrega de urea para ser utilizada en la producción agraria, como en la presente etapa invernal, cuando han transcurrido más de 45 días de intensas lluvias que ha provocado la presencia del gusano cogollero destruyendo extensas áreas de cultivo de maíz, que nuestros agricultores en forma desesperada combaten en campo de batalla abierto fumigando contra estas desbastadoras plagas, que para la recuperación y fortaleza del maíz se requiere de suma urgencia la fertilización con urea y abono completo. Pero al acudir a las oficinas del MAGAP, las respuestas dadas por sus personeros es que los cupos son aprobados en la regional del Guayas, y que aún no se despachan, mientras que el agricultor en sus angustias ve perder todos sus esfuerzos por la política del Estado concentrador, que se declara sordo y mudo en la descentralización en la toma de decisiones a nivel de cada provincia del país.
Estas actitudes de los mandos medios hace que las gestiones del gobierno nacional se vean opacadas y sujetas a la corrupción, como ocurrió con la importación del maíz argentino en la cosecha anterior, que la prensa corrupta lo publicó. Además, el famoso Plan de Semillas de Alto Rendimiento, para que los pequeños productores de arroz y maíz dupliquen su producción en una área menor a 10 hectáreas por agricultor, donde pocos agricultores usan semillas certificadas y los rendimientos son bajos.
En lo que respecta a Manabí, se beneficia solo a los agricultores de los cantones: Bolívar, Jipijapa, Junín, Paján, 24 de Mayo, Pichincha, Tosagua y Rocafuerte, excluyéndose a los demás cantones que también son productores de arroz y maíz como en el caso de Olmedo, zona maicera y arrocera por excelencia; de Portoviejo, con extensas zonas de producción maicera y arroceras en sus valles y en las partes altas de maíz, entre otros. Estas marginaciones de los burócratas de los mandos medios, que se creen dueños del país, perjudican la producción agrícola nacional y las buenas intenciones del Presidente de la República, que no logra liberarse de estas plagas obstruccionistas que tanto daño le hacen a su gobierno y al desarrollo y bienestar del pueblo ecuatoriano.
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