Los que vivimos en un primer mundo, lejos de la querida patria, que cuando la dejamos físicamente era un desastre, ahora, con mucha alegría y beneplácito, vemos la transformación “física” de nuestro querido Ecuador, nuevas carreteras, hospitales, la misión Manuela Espejo, escuelas del milenio, universidades, puertos pesqueros, aeropuertos, terminales terrestres, hidroeléctricas, parques eólicos y fotovoltáicos, palacios de Justicia, del Registro Civil, aduanas, correos, recaudación de impuestos, UPCs, centros de vigilancia, (ECU 911), viviendas, ferrocarril, parques, represas para irrigación, agua potable y control de inundaciones, banda ancha para internet. Es decir, estamos casi a la altura de los países del primer mundo, lo que nos debería llenar de un gozo infinito, sobretodo con una economía saludable, una tasa de desempleo de 4,5% , una inflación un poco alta, salarios dignos y una seguridad social totalmente cambiada que nos da montos para un retiro digno y con salud.