Es un absurdo que el comandante Chávez, portador de un cáncer agresivo, se haya prestado y presentado a la reelección para presidente de la nación, sabiendo que sus posibilidades de vida y la calidad de la misma están severamente limitadas para poder gobernar en sus “cabales” al Estado. Primaron los intereses personales y políticos de su partido, que al perder al caudillo y único líder ponían en riesgo el proyecto político “populista” que se ha implantado en forma dictatorial en Venezuela; afectando incluso la vida misma de Chávez con una extenuante campaña, lo que produjo enormes daños en su organismo y adelantó el resquebrajamiento de su salud.

En el Ecuador, donde estamos en plena campaña electoral, es necesario que los aspirantes indiquen si padecen alguna enfermedad crónica. Tenemos una prevalencia-incidencia de hipertensión arterial que puede llegar a afectar hasta un 35% de la población que pasa de los 30 años; bien controlada la persona puede realizar cualquier actividad; si suspende los fármacos antihipertensivos puede sufrir un accidente vascular-cerebral con fatales consecuencias, que es lo que le pasó a Jamil Mahuad en Barcelona, antes de asumir la presidencia.

Otra enfermedad es la diabetes mellitus. Este es un trastorno grave, puede iniciarse en la infancia-juventud, es la tipo 1; o en la vida adulta, a partir de los 30 años, es la tipo 2; si se controla en forma óptima la persona hace una vida normal y productiva. Así tenemos profesionales de todas las ramas del saber que tienen diabetes y siguen con una vida plena de logros y satisfacciones. Esto en razón a la declaración de que Guillermo Lasso tiene una “diabetes leve”, pues no existe la diabetes leve.

Finalmente, las afecciones más graves son los trastornos mentales de las personas, que sí producen una inhabilidad inmediata para ejercer el cargo porque hacen grave daño a las sociedades. Así tenemos un Hitler genocida de todo un pueblo y decenas de “enfermos mentales” con trastornos neuróticos y psicóticos que tienen una influencia negativa en sus pueblos. Recordemos cuando en una falsificación masiva de títulos, todos los diputados se declararon psiquiatras en el Congreso y sacaron del cargo al presidente Abdalá Bucaram por “incapaz mental”.

Señores candidatos, declaren las patologías acompañantes, para saber a que atenernos.