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¡Qué dolorosa orfandad!
¡Qué dolorosa orfandad!
Por: Vicente Mendoza Pavón

Jueves 15 Noviembre 2012 | 00:00

El deterioro de una vida duele profundamente. Mirar una flor marchita es ver la muerte en una de sus variadas formas. No cabe indiferencia ante la dramática agonía del ser que amamos; un desconcertante dolor turba todos los sentidos, y la única respuesta a tanto sufrimiento es el llanto… ¡La piedad de una lágrima!... Un estado de sufrimiento tan intenso nos hiere sin piedad que apenas podemos rememorar, es estas circunstancias, la frase de J. Manuel Serrat, “cuando de nada nos sirve rezar”.

 

Pero la agonía de esta ciudad tan amada no ha sido causada por la naturaleza, sino por las manos perversas de seres ruines, que bajo el patrocinio de dirigentes políticos corruptos llegaron a ser sus alcaldes y concejales.
Estaba un señor mirando nevar, de pronto fijó su mirada en una pequeña rama sobre la que caían copos de nieve. Se puso a contar los copos de nieve que sobre ella caían: uno, dos,….doscientos cincuenta, doscientos noventa y nueve, trescientos. Al llegar a este número se quebró la rama. El hombre se preguntó: ¿Fue el copo trescientos el que produjo la quiebra de la rama?, obviamente no, el copo trescientos necesitó de los doscientos noventa y nueve anteriores, sin el concurso de ellos jamás se habría quebrado la rama. El actual estado de postración de Portoviejo es la resultante de la suma de todas esas pécoras, ladrones, ineptos y desvergonzados que integraron el cuerpo edilicio, a excepción de hombres capaces y de reconocida verticalidad ética como el Dr. Alberto Lara y el Lcdo. Horacio Hidrovo.
Los culpables directos de la desgracia de nuestra ciudad, con repugnante cinismo, ahora quieren presentarse como sus salvadores. ¿Cuándo presentaron un proyecto para ampliar y modernizar nuestro aeropuerto? ¿En qué momento concibieron o impulsaron una obra emblemática para la ciudad? ¿Acaso les importó que los enfermos de codicia y vanidad publicitaria empujaran la cultura hasta el pestilente albañal en que se encuentra? La ciudad nunca les importó, se contentaban que los designaran “el caballero de la pluma”, “el poeta coronado”, el “diputado benefactor” y más sandeces que satisficiese la torpe vanidad. ¡El narcisismo publicitario ante todo!
Los colegios de Arquitectos e Ingenieros Civiles deben coincidir un conjunto de grandes obras que resuelvan los gravísimos problemas de esta ciudad querida; que esos proyectos reflejen el pensamiento y optimismo de esta nueva generación; que produzca el mismo efecto cívico que produjo en su momento la concepción del proyecto Poza Honda: nos unió a todos, sólo así se logró su construcción y el fin de los efectos devastadores de las sequías. Que las obras a proyectarse saquen del empantanamiento a Portoviejo, que evidencien el despegue hacia el desarrollo y modernización de esta ciudad. Los derechos, al igual que las libertades, no se los mendiga… ¡Se lucha por ellos!. ¡Ya basta de aceritas y bordillos!
“La muerte no viene más que una vez, pero se deja sentir en todos los momentos de la vida” (La Bruyere)
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