Este es el mérito de Rafael Correa: haber dado coherencia y sostenido con firmeza, esta posibilidad. Otros lo intentaron. Pero no lo lograron. 

Fue precisamente el 30 de septiembre del 2010, cuando se definieron las situaciones dubitativas: si caía  Correa, sería una frustración más, de las tantas que ha vivido el país. Había que afirmar la esperanza: ¡Patria o muerte!. 

Cuando apareció la candidatura presidencial de Correa, en el 2006, era casi un desconocido, en Manabí. Tuvo el apoyo de los sectores de izquierda, pero empezó cometiendo muchos errores. Los intelectuales críticos, expresaron sus reservas. El 30-S, llegó la decisión: volver al pasado o impulsar el proceso de cambios estructurales. 

Ahora, las cosas están claras. Avanzar con Correa, o traicionar la esperanza. Por eso lamentamos lo ocurrido con Alberto Acosta. “Se precipitó sobre las bayonetas”, como diría Velasco Ibarra. Lo deseable sería que Acosta y sus amigos, vuelvan al camino. De lo contario, terminarán en los brazos de la derecha. Y el fantasma del “golpismo” ya aparece en lontananza. Se cumpliría una vez más, el conocido refrán: “del monte sale quien el monte quema”. 

Si Acosta leyera estas líneas, ojalá se decida a volver y recomponer el destruido escenario. Estamos seguros, que será bien recibido. 

Manabí, en cambio, está políticamente fortalecido. La llegada de Vicente Véliz, a la dirección de Alianza PAIS, es una buena señal. Constituye un cambio cualitativo para la “revolución ciudadana”. 

Hay que darle consistencia ideológica a la militancia. Fortalecer los cuadros, en todos los cantones de la provincia. “Sin teoría revolucionaria, no hay acción revolucionaria”. Eso lo dijo Lenin, pero igual puedo expresarlo Eloy Alfaro. Lo que le falta a Manabí, especialmente a la juventud, es conciencia revolucionaria: pensamiento, acción, transformación. 

En esa misma línea, un manabita ha llegado, con votación unánime, a la Presidencia del Consejo Nacional de Participación Ciudadana y Control Social; el “quinto poder” del Estado. Gran noticia para Manabí, de las que no teníamos en mucho tiempo. Congratulaciones, Fernando Cedeño Rivadeneira. Manabita de las nuevas generaciones, en las que tenemos muchas esperanzas. Hombre serio, estudioso, responsable, con gran calidad humana. En sus manos está impulsar la participación ciudadana, en Manabí y el país. Fue mi alumno en el colegio Olmedo, y su capacidad y dinamismo lo ha llevado al sitial en que se encuentra. Felicitaciones a su padre, a su madre, a su esposa.