En los ejércitos de diversos países no se considera soldado a quien aún no ha jurado la bandera. A partir de ese acto de trascendental importancia, el "recluta" sube ese peldaño vital.

El respeto al emblema patrio se resalta hoy, 26 de septiembre, al celebrarse el Día de la Bandera Nacional del Ecuador. 

 

En los albores de la Patria, los próceres de 1810 levantaron ante las autoridades españolas una bandera roja con asta blanca, quizás sin saber que ese color integraría definitivamente la enseña que hoy recoge honores.

El 9 de octubre de 1820 otros patriotas enarbolaron una bandera de cinco franjas horizontales, tres azules y dos blancas, con tres estrellas en el centro, simbolizando las ciudades de Guayaquil, Portoviejo y Machala. El 2 de junio de 1822 se determinó que la provincia libre de Guayaquil tendría un pabellón blanco con un cuarto superior azul y una estrella en el centro. 

Otro antecedente de la actual bandera fue que el tricolor de la Gran Colombia resultó testigo de la gesta de la Batalla del Pichincha, el 24 de mayo de 1822. 

Aunque en 1830, al separarse Ecuador de la Gran Colombia, decidió mantener el tricolor, luego se dispuso volver a la bandera azul y blanca, pero con tres cuarteles paralelos al asta y con estrellas. 

La Convención de Cuenca ratificó por decreto del 6 de noviembre de 1845 el color azul del cielo del Ecuador, cambiando las tres estrellas por siete, "como símbolos de las siete provincias que componen la República".

La bandera marcista duró de 1845 a 1860.

Más tarde, la Convención de 1861 confirmó este decreto. En 1900, mediante un decreto legislativo, se afianzó en forma definitiva. La Bandera Nacional del Ecuador consta de tres colores: amarillo, azul y rojo, en franjas horizontales, y la franja amarilla es el doble del tamaño de las otras dos.